Experiencia propia de lo que influye en la dinámica de grupo y de trabajo las relaciones y conflictos que nacen y mueren en el vestuario.
Para jugadores y entrenadores, sus máximas expectativas por la definición del juego se depositan sobre la pista. Pero en este deporte como en otros muchos de equipo, el campo de juego, lo que allí suceda, no es el único elemento que va a nutrir la posibilidad de alcanzar tales logros. De todos los lugares del Club (pista, oficina, cuarto del material, etc…), hay solo uno que tiene un dueño legítimo por definición de los jugadores. Ese lugar es el vestuario.
El vestuario es un lugar que define muchas cosas en un grupo humano de trabajo como pueda ser cualquier equipo. Los equipos que alcanzan un alto grado de química y parte de esa consecución empezó en el vestuario. En muchos partidos las bases para la victoria o derrota se cimentan en el vestuario. Los análisis del partido y pre-partido, charlas, etc., con el equipo, en muchas ocasiones se imparten en el vestuario. Lo primero y lo último que se hace en una temporada es, entrar y salir del vestuario. Y por supuesto, la frontera entre la calle y el equipo, tanto para jugadores como entrenadores, está en el vestuario: ese lugar donde nos cambiamos y nos preparamos para lo que hemos venido a hacer: baloncesto.
Como entrenador deseaba saber lo que se tercia cuando la puerta se cierra y los jugadores se cambian. (Este es el segundo año que estoy dentro antes y después) En el vestuario muchas veces surgen las opiniones más profundas en cuanto a los entrenamientos, los partidos, el entrenador, los compañeros no presentes... Es un lugar donde nuestro colectivo de trabajo muchas veces inevitablemente se divide y en pocas ocasiones se une.(En estos momentos no es mi caso, ya lo he vivido en etapas anteriores) Es donde surgen las relaciones interpersonales, no mediadas en ese instante por un balón, y en consecuencia hay veces como todo lo referente a temas sociales, que el rechazo, la integración o la indiferencia han sido términos palpables.
Si deseamos que la labor de toda una temporada se vea mejorada por algo, sin duda puede acudir a la consecución de un buen ambiente tanto fuera como dentro del vestuario. En el cual intento potenciar valores de compañerismo, respeto y humildad con y entre los integrantes de un equipo. Pero esta tarea en muchas ocasiones se ve muy favorecida si parte de la lección se trae aprendida de casa. Hay jugadores que no alcanzan sus expectativas de juego (y se sienten fracasar) teniendo el mal su origen en el vestuario, es donde los compañeros deben animar a que no se sientan así, para ser todos una piña, y reforzar la autoestima, si no, lo que nos podemos encontrar es con piñones sectarios y enfrentados.
Como jugador tuve la referencia de los ambientes que se crean en el vestuario de un equipo modesto, He tenido excelentes relaciones pero también puedo lamentar que no se consiguieran resultados por algunos compañeros se dedicaban a modo de juego a dinamitar el clima, bien fuera por aburrimiento e imitando a otros elementos de equipos superiores, bien fuera por cuestiones personales cuyo único fundamento que regía era el egoísmo. Era difícil neutralizar a tales elementos, es lo primero que se debería intentar ya que la mayoría de las veces eran los mejores jugadores. Muchas veces desea que mi entrenador prescindiera de ellos, (creo que los resultados no habrían variado demasiado, ya que si muchos partidos los ganaron ellos, también perdieron otros tantos por la falta de conjunción con los demás)
Ahora como entrenador busco encontrar esas palabras mágicas que dichas en el vestuario, hagan volar en la pista a los jugadores por encima del rival. También procurar no pronunciarme en otros términos que vayan a procurar un efecto contrario. Hay entrenadores que rezan porque su vestuario no explote en rebeldía hacia él o entre los jugadores. (Rezo para que siga como hasta ahora) Estas y más cosas revelan lo curioso que es este deporte: para que el balón entre más veces en el aro que defiende el rival que en el nuestro, o para que el balón sea disputado con la mayor corrección posible por cuantos fundamentos se tercien para ello, influyen por contra factores como el del vestuario.(Hay que ver la actitud de nuestro ultimo partido antes de la entrada al vestuario, quejandonos de todo y la salida en la pista después de pasar por el, mas agresivos, y dispuesto a mas cosas que cuando entramos....aunque nos olvidamos de meter el balón a nuestros jugadores interiores)