miércoles, 19 de enero de 2011

EL DIA D

La competición es la culminación de los entrenamientos para cualquier deportista, es el objetivo por el que se trabaja durante un período de tiempo. El día D a la hora H está en la mente de cualquier deportista. Sin embargo, los entrenadores también tenemos nuestra propia hora H el día D (que es la misma que la de los deportistas), aunque pasamos más desapercibidos.

Todo empieza algunas semanas atrás cuando empiezas a dedicar horas a analizar a tu equipo, al otro equipo y el tipo de juego que deberás llevar ese día D a la hora H. Esas ideas hay que traducirlas en entrenamientos, en algo tangible. Entonces empiezas con papel y boli a escribir, a planificar, a mirar las cargas de trabajo . Hasta ahora todo filosofía porque aun no hemos pisado la cancha. El papel lo aguanta todo pero los jugadores y la cancha a veces disienten de tu papel. Es el momento de aprender de los jugadores. Tu planteas una cosa y la dinámica te dice que no, que es más fácil lo que ellos proponen (sin darse cuenta la mayoría de las veces). Pero hay que tener mente abierta.

Vuelta al papel. Vuelta a retocar lo que has planificado. El tiempo se echa encima y como siempre nos atacamos con que nos faltan horas de entrenamiento. Los encajes de bolillos, ejercicios, el ataque contra zona, la transición….y por supuesto siempre tiene que quedar algo de tiempo para la técnica individual ah….y para unas series de tiros.

Al final todo cuadra y los dos días anteriores te vuelves a ver el vídeo de los partidos del otro equipo que tienes. En mi caso me apunto lo que quiero trasmitir a los jugadores (hasta el año pasado solo eran ideas y situaciones de su juego, me planteo este año y para la segunda vuelta algún que otro vídeo, ) y me lo llevo en mi carpeta para el día del partido. Hay que tener muy claro cómo puedes ganar, y no solo eso, sino que además deben saberlo los jugadores.

Y llega el día de la competición. Te levantas con la cabeza ya en el partido (probablemente me acosté con él también). Se recomienda que ni entrenador ni jugadores deben “haber jugado” muchas veces el partido. Eso desgasta físicamente para el momento de la competición ( y es verdad, hemos sido capaces de ganar a los de arriba, o a punto de ganar, y en partidos claves fallar demasiado). Se llega al pabellón generalmente con una hora de antelación y la sensación de frialdad y de soledad empieza a aparecer. El ayudante empieza a hacer su trabajo: vestuarios, agua, ….El entrenador empieza a notar que se queda solo con su interior. Siempre entro al vestuario a hablar con los jugadores y dar las últimas ideas o recalcar los conceptos que ya a estas alturas deberíamos tener claro, pero sobre todo a transmitir la absoluta confianza en todas esas personas que hay allí dentro y en el trabajo que TODOS hemos hecho. Luego el mismo ritual antes de salir a calentar.

30 minutos antes del partido (si el partido anterior no se alarga) los jugadores empiezan a calentar. estoy en la rueda de entradas, y cuando terminan,...ya está claro. Ya estoy solo. En el , en el banquillo sentado, en el centro del campo... Son minutos de reflexión, de notar que la competición está ahí, que el trabajo que has hecho pueda salir. Pero los minutos siguen, el reloj avanza y dejas de sentirte tan solo, sobre todo porque el partido está ahí y dejas de pensar en filosofía y a pensar de nuevo en el partido. Ultimas instrucciones (ya con bastante ruido) y a jugar.

Al contrario que los jugadores que necesitan unos minutos, nosotros deberíamos estar frescos desde el principio, precisamente por haber jugado ya el partido, por haber pensado en él. Empiezas a hablar con el ayudante, jugadores….alguna vez con los árbitros. Hay que tener reacciones rápidas a lo que está pasando en la cancha. En la grada se oye gritos que quieres intuir que son de ánimo, aunque a veces tienes claro que no. Y llega el descanso. Otro vez a pensar, a reflexionar, qué cambiamos, qué reforzamos, cómo seguimos….Ahora ya no hay tiempo de experimentos, lo que se haga casi seguro que va a ser definitivo, no hay margen para errores. Hay que llegar al final del partido con opciones de competir. Ese debe ser casi siempre el objetivo. ¿El final? que cada uno prueba esto y me diga si merece la pena ser entrenador o no.

PARA MI SI


2 comentarios:

SALVA dijo...

Este es el vicio del deporte y el de amar una determinada disciplina como es el BALONCESTO, yo desde mi modestia y siempre te lo he comentado, mi posición en este tablero es el de peón, es decir muy inferior a ti, por sabiduría, experiencia, personalidad, antiguedad en la materia etc. etc,y me veo como una hormiga ante un elefante, en lo cual te puedo dar mi opinión como persona pero no como ayundante de baloncesto, porque no lo soy. En cuanto a lo demás, pues decirte que eres una reencarnación de las personas que en su día estuvieron en lo más alto del basket en Segorbe, difrutando y compitiendo en lo más que este Club ha llegado, y por supuesto que te respetamos te admiramos y lo que todos queremos es que no te encuentres sólo en ningún momento, y que si es así, que nos lo digas, porque desde que llegaste siempre hemos sido una FAMILIA y eso es lo que queremos seguir siendo, pese a quien le pese. No sé, estaría diciendote más cosas pero me las guardo para el próximo entrenamiento haber si con mi granito de arena y el de los jugadores, directiva, socios, seguidores a muerte etc. etc., dejamos en el lugar que el C.B. SEGORBE merece por tradición y por afición.
NUNCA TE ENCONTRARÁS SÓLO, NOSOTROS ESTAMOS CONTIGO A MUERTE.

RAFA SUAY dijo...

Modesto aunque sea tarde, pero es cuando puedo escribir y conectarme. quiero decir que estoy contigo, que se lo que quieres decir en parte y se lo que siente un entrenador en parte. Y que encima casi siempre suele pagarlo la persona que tenemos mas cerca.( no quiere decir mi caso) y siempre nos arribamos a ella por que se necesita de su apoyo aunque no tenga ni idea de BALONCESTO.
Siempre tendras mi apoyo en todo y creo que tu lo sabes, y yo pienso como tu ...........
VALE LA PENA..........